La odontología, una carrera que no solo se centra en cuidar la salud bucal de los demás, sino que también inculca cambios significativos en las rutinas de higiene personal de quienes la estudian. Un estudiante nos comparte cuatro costumbres que ha decidido abandonar tras descubrir sus efectos nocivos para la salud dental.
Modificar el momento del cepillado dental ha sido uno de los ajustes más importantes. Alejarse de la práctica arraigada de limpiar los dientes inmediatamente después de consumir alimentos, este aprendiz ahora espera cerca de 30 minutos antes de proceder.
«Nuestra saliva posee un pH neutro que se torna ácido tras la ingesta de alimentos. Cepillarnos justo después facilita la distribución de este pH ácido, perjudicando el esmalte dental», argumenta Carlos. Esta espera permite que la saliva cumpla su función de neutralizar la acidez, protegiendo así el esmalte.
Adaptaciones en la técnica de cepillado
Otra práctica revisada es la intensidad aplicada durante el cepillado. Anteriormente convencido de que un cepillado vigoroso equivalía a una limpieza profunda, ha descubierto que este método puede provocar abrasión, afectando tanto al esmalte como a las encías. «He aprendido que la delicadeza es fundamental para mantener la integridad de mi boca», señala.
Abandonar el hábito de morder objetos duros como lápices o las propias uñas, especialmente en momentos de tensión, constituye el tercer cambio. Esta acción, que podría parecer inofensiva, puede causar una sobrecarga en los dientes afectados, resultando en fracturas o desgastes.
La cantidad adecuada de pasta dental
Finalmente, ha ajustado la cantidad de pasta dental utilizada. Dejar atrás el exceso en favor de una medida más precisa ha sido un cambio revelador. «Observé que una marca de color en el envase indica la cantidad apropiada a utilizar, que es aproximadamente un tercio de lo que solía aplicar», comparte.
Este ajuste, aunque sutil, demuestra cómo la formación en odontología promueve una reflexión crítica sobre las rutinas de higiene dental personales, subrayando la importancia de adoptar prácticas que verdaderamente benefician nuestra salud bucal a largo plazo.
Estas modificaciones, aunque menores, subrayan la importancia de cuestionar y adaptar nuestras rutinas de higiene dental para preservar nuestra salud.