Si alguna vez se ha preguntado si el consumo excesivo de atún enlatadao es dañino para el organismo, la respuesta es sí. Pero como ocurre con todo, siempre hay matices: ¿en qué puede afectar? ¿Quién tiene más riesgo?¿Cuál es la cantidad aconsejable?
El atún enlatado es uno de los alimentos más consumidos en España. En los últimos años ha llegado a suponer más de un 20% de los ingresos de la pesca marina mundial y sin duda, es uno de los víveres que más se utiliza por su facilidad para combinarlo con casi cualquier comida. Pero esto no significa que pueda ingerirse sin miramientos, ya que puede tener efectos muy perjudiciales para nuestra salud.
En primer lugar, hay que destacar que un consumo desmedido puede provocar que el alimento actúe como una neurotoxina, lo que significa que puede matar células cerebrales, algo que puede afectar a las capacidades motoras, memoria o concentración.
Aunque cuenta con grandes beneficios en forma de vitaminas del grupo B: B2, B3, B6, B9 y B12, además de reducir el colesterol e incorporar nutrientes buenos para la piel, comer más de dos latas a la semana puede significar efectos adversos.
Por qué puede ser perjudicial
Al tratarse de un pescado azul de gran tamaño, la cantidad de mercurio que contiene es muy elevada -10.000 veces más alta que las de su hábitat-, y al tratarse de un metal tóxico y pesado, no es recomendable ingerirlo en grandes cantidades.
La Asociación Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recomendó que los grupos de población vulnerables no consuman atún: bebés, mujeres en edad fértil, embarazadas o en período de lactancia.
¿Qué efectos puede tener?
Entre los principales problemas que puede suponer para el organismo destacan los problemas cognitivos y de aprendizaje en bebés o niños pequeños, incluso llegando a provocar ceguera o parálisis cerebral en casos extremos.
Otro de los efectos contrarios serían una merma de la fertilidad, hipertensión: elevación de niveles de colesterol malo y aumento del riesgo de sufrir ataques cardíacos. También pueden provocar temblores, dificultad para caminar, debilidad muscular o falta de coordinación.
¿Cuál es la cantidad ideal?
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria estipuló el consumo perfecto en dos latas a la semana como máximo, mientras que aconsejan que las embarazadas no lo consuman fresco, mientras que el límite enlatado sería de 170 gramos semanales, según la FDA.